12.12.06

La Acción del nuevo Gobierno de l’Entesa se hace notar.

La Generalitat ha aprobado recientemente la ley que universaliza los servicios sociales.

El Consell Executiu de la Generalitat aprobó hace unos días un proyecto de Llei de Serveis Socials, que, si bien ya fue aprobado el 17 de enero pasado, no tuvo trámite parlamentario como consecuencia de la disolución de la Cámara.

Tal como ya había manifestado el Presidente de la Generalitat, José Montilla, se trata de uno de los proyectos "estrella" del Govern y de ahí que vuelva a estar sobre la mesa con la máxima prioridad, tal y como se comprometió con los ciudadanos. La presentación del Proyecto ante el Parlament no es más que unas de las promesas del President que hizo en su discurso de envestidura: trabajo y eficacia.

La nueva ley garantiza a todos los ciudadanos el acceso a un centenar de prestaciones con independencia de su renta. En los dos primeros años pretende beneficiar a medio millón de personas más con una aportación suplementaria de 400 millones de euros y convertirse en el "cuarto pilar del Estado de bienestar" - junto a la educación, la sanidad y las pensiones-, una expresión utilizada también por el Gobierno central al aprobar la pasada semana en el Congreso la ley de Dependencia.

Se debe mencionar respecto esta última Ley, que topó en el Parlamento con la oposición de CIU, que si bien presentó una enmienda a la totalidad, fue desestimada. Una demostración más de la inexistencia de las “políticas sociales” del programa de CIU. Tanto entonces como ahora, ha estado en contra de esta ley.

Por otra parte, y sin menospreciar la importancia que desde el punto de vista social supone esta ley, lo cierto es que conllevará la creación de 53.000 puestos de trabajo antes del año 2015.

Novedades en el nivel de renta

Hasta ahora, cuando se analizaba la renta de un usuario con vista al acceso a un servicio residencial o de atención a domicilio se valoraba no sólo la renta del propio beneficiario, sino también la de sus hijos. La nueva ley sólo evalúa los ingresos del usuario.

Otra de las novedades de la ley es que contará con más plazas para la tercera edad. Dentro del proceso gradual de universalización de servicios, se procederá a su incremento, especialmente para las personas mayores que sufren una dependencia. Entre el 2007 y el 2015 las personas con atención domiciliaria pasarán de 47.880 a 56.701, las que contarán con servicios de teleasistencia pasarán de 19.766 a 28.067; las plazas de residencias de 25.170 a 31.384, y las plazas en centros de día, de 4.179 a 10.456. Las plazas para personas con discapacidades crecerán en 10.000, y las de enfermos mentales, en otras mil.

La Figura del cuidador personal.

Se prevé que las personas con una grave situación de dependencia física puedan elegir entre seguir viviendo en su casa con la ayuda de un profesional a domicilio, vivir en una residencia o disponer de un asistente personal que le facilite la organización de su vida. Se calcula que un 30% de los discapacitados de 18 a 64 años podrá disponer de asistencia personal. Los menores de 0 a 6 años que necesiten una atención precoz tendrán también derecho a recibir este servicio de manera gratuita y cerca de su domicilio.
Se creará más Empleo

También se destaca la capacidad de generar más empleo. Un informe del anterior Departament estimaba en 53.000 el número de nuevos puestos de trabajo antes del año 2015 como consecuencia de la aplicación de la ley: 2.769 técnicos superiores (psicólogos, médicos, sociólogos...), 9.173 técnicos medios (trabajadores sociales, educadores, enfermeros, informáticos) y 40.961 auxiliares técnicos (trabajadores familiares, asistentes, etcétera). La ley fija tres diplomados en trabajo social y dos en educación social por cada área básica de 15.000 habitantes.

Esta Ley es un claro ejemplo de lo que en el discurso de investidura José Montilla afirmó, - y que contiene el Programa Electoral del PSC de las anteriores elecciones: se gobernará en HECHOS y no palabras, se gobernará pensando en las personas y para las personas.

Es ésta una nueva forma de ver la política, una política más próxima y de mayor calidad, destinada a satisfacer las necesidades de las personas y, sobretodo, destinada a ofrecer un futuro más esperanzador para aquellas que hasta ahora no disponían de él.