2.10.13

UN GESTO DE GRANDEZA

Hay algunos que se autoproclaman líderes políticos, que se permiten el lujo de utilizar vocablos con una facilidad pasmosa que les llena la boca cuando los pronuncian. Un ejemplo reciente… el que nos ha ofrecido Mariano Rajoy al enfocar la solución a la “relación Cataluña-España”, un conflicto a estas alturas evidente.

Un tema más sobre el que ha evitado pronunciarse, como ya nos va teniendo acostumbrados,  cuando hay cuestiones de Estado que debería afrontar, erosionando más si cabe las relaciones personales entre ciudadanos. Una actitud y conducta recurrente que no ayuda a resolver el conflicto.

Grandeza, según la Real Academia Española, es “majestad, poder”. Otra acepción es “elevación de espíritu, excelencia moral”. A la tercera no me referiré porque me suena a “espíritu nacional”,  utilizado bajo el prisma regente en otras épocas y me asusta (deberíamos aconsejar a los miembros de la RAE que se hagan mirar que acepciones utilizan). Bien, me acogeré a la segunda: “excelencia moral”.

Y en base a ésta, no puedo más que afirmar que Mariano Rajoy es el que menos legitimado está para  exigir este comportamiento. Para exigir uno, ha de empezar por dar ejemplo.

Un “líder político” nunca debería instigar a los suyos a la confrontación con otros. Un hombre de Estado, tal y como yo lo concibo, es aquél que suma voluntades y no el que las enfrenta.

Vista su trayectoria, sus intenciones, veladas tras esa imagen de inmovilismo, están muy claras. Desde el boicot al cava catalán hasta el recurso ante el Tribunal Constitucional contra el Estatuto de Autonomía Catalán, demuestran que Mariano Rajoy ni es un hombre de estado, ni un mandatario legitimado moralmente.

Sr. Rajoy, no nos hace falta ni la elevación de espíritu, ni la elevación moral. España necesita un gobierno que de ejemplo de humildad. Humildad y diálogo para llegar al consenso.  

“Usted no está ni capacitado, ni legitimado moralmente para ello”. Si de verdad le importa la sociedad española, cambie la estrategia o DIMITA.