10.12.14

Nueva época, nuevas ciudades, nuevas necesidades

Con motivo de las elecciones en Uruguay, leía un artículo sobre Múgica, el Presidente saliente que cuenta con un 65% de popularidad y que ha dejado huella, parece ser que por su carácter. Él cambió "la intransigencia por el pragmatismo sin perder su sensibilidad popular" (que no "populismo").
 
El otro día, con un grupo de vecinos, hablábamos de las formas de hacer política. Me preguntaban: "si yo tuviera un problema, ¿serías accesible? ¿Aunque fuera personal?".
 
Efectivamente, la representación de los vecinos y vecinas tiene que ser cercana. Y más en el mundo local. La proximidad tiene que ser el ADN de los que quieren dedicar una parte de su vida a la política activa. Los ciudadanos tienen que saber que si llaman a las puertas del ayuntamiento, alguien les responderá. Aunque algunas veces no les podamos dar soluciones a sus problemas.
 
Últimamente, la continua desacreditación institucional que sitúa el punto de mira sobre el mundo local, atacado por ideologías retrógradas que pretenden volver a un pasado autárquico, hace necesario más que nunca  poner en valor el municipio.
 
Si, porque es en los municipios donde recae el poder político de los ciudadanos. Son la esencia democrática que configuran, como entendía J. Pallach, las vertebras de un estado federal. Y no hemos de olvidar que estas vertebras protegen la médula de la convivencia, que al fin y al cabo, es la que permite e impulsa la cohesión social.
 
Los pueblos y ciudades son el vínculo, son el sentido en el que descansa la voluntad colectiva. Es en los pueblos y ciudades donde nos identificamos más con las políticas públicas destinadas a cohesionar su ciudadanía, a promover la igualdad de oportunidades, a estrechar lazos entre, y con, sus ciudadanos.
 
Ayer hablaba con un vecino de cómo veíamos el futuro. También el futuro de las ciudades. Decíamos que era evidente que no volveríamos al paradigma de hace 10 años. Por eso, tendremos que dibujar nuevas ciudades y pueblos en los que la inclusión social sea el objetivo, como hasta ahora, pero de otro modo.
 
Se nos abre un nuevo camino, y creo que sólo desde la definición colectiva de la ciudad que queremos, conseguiremos unas ciudades sólidas y con capacidad de respuesta. Y en este punto, la participación de los vecinos y vecinas tiene que ser pilar fundamental del proceso. Donde las decisiones, aunque vengan del gobierno, sean vividas por la ciudadanía desde un sentimiento de pertenencia.
 
Por cierto, vuelvo a ser regidora del Distrito I de mi ciudad. Y tengo que decir que, aunque no lo he dejado de hacer a lo largo de estos años, reencontrarme con esta responsabilidad ha sido una verdadera satisfacción.
 
De hecho, el territorio, la gente, es el que da sentido a ser representante político. Así lo he vivido siempre, desde el 2007, cuando empecé.
 
La mejor política es la que se hace en el territorio, porque se puede palpar, porque se puede vivir, porque es lo que da sentido a la misma política. Creo que sólo desde ciudades fuertes y, por lo tanto, desde gobiernos municipales sólidos, podremos reconstruir también un país sólido. Y la solidez la da este sentimiento de pertenencia de las instituciones a los ciudadanos.
 
Y no nos olvidemos de Europa. También necesitamos una Europa sólida. Cómo decía, Joan Reventós hablando de ella, "como un sistema de ciudades y colectividades territoriales, que tienen que continuar e intensificar un diálogo constituyente y de colaboración para consolidar la pirámide federativa europea".
 
Sólo si somos capaces de volver la confianza a los ciudadanos hacia los poderes públicos, volveremos a reconstruir y vertebrar el país. Tenemos que reavivar este sentimiento de pertenencia de nuestras instituciones públicas, de nuestra ciudad, y por supuesto, nosotros como representantes, estar a la altura.

9.12.14

Nova època, noves ciutats, noves necessitats

Amb motiu de les eleccions a l'Uruguai, llegia un article sobre Múgica, el President sortint que compta amb un 65% de popularitat i que ha deixat una empremta, sembla ser que pel seu caràcter. Va canviar "la intransigència pel pragmatisme sense perdre la seva sensibilitat popular" (que no "populisme").
 
L'altre dia, amb un grup de veïns, parlàvem de les formes de fer política. Em preguntaven: "si jo tingués un problema,  series accessible?. Encara que fos personal?".
 
Efectivament, la representació dels veïns i veïnes ha de ser propera. I més en el món local. La proximitat ha de ser l'ADN dels que volen dedicar una part de la seva vida a la política activa. Els ciutadans han de saber que si truquen a les portes de l'ajuntament, algú els respondrà. Encara que algunes vegades no els puguem donar solucions als seus problemes.
 
Darrerament, i amb aquest descrèdit  institucional que situa el punt de mira sobre el món local, atacat contínuament per ideologies retrogrades que pretenen tornar a un passat autàrquic, és on hem de posar en valor el municipi.
 
Si, els municipis és on rau el poder polític dels ciutadans. Són l'essència democràtica que configuren, com entenia J.Pallach, les vertebres d'un estat federal. I no em d'oblidar que aquestes vertebres protegeixen la medul·la de la convivència, que és a la fi, la que permet i impulsa la cohesió social.
 
Els pobles i ciutats són el lligam, són el sentit en el que descansa la voluntat col·lectiva. És als pobles i ciutats on ens identifiquem més amb les polítiques públiques destinades a cohesionar la seva ciutadania, a promoure la igualtat d’oportunitats, a estrènyer llaços entre, i amb, els seus ciutadans.
 
Ahir parlava amb un veí de com vèiem el futur. També el futur de les ciutats. Dèiem que era  evident, que no tornaríem al paradigma de fa 10 anys. Per això, haurem de dibuixar noves ciutats i pobles en els que la inclusió social sigui l'objectiu, com fins ara, però d'una altra manera.
 
Per això, se'ns obre un nou camí al davant, i crec que només des de la definició col·lectiva de la Ciutat que volem, aconseguirem unes ciutats sòlides i amb capacitat de resposta. I en aquest punt, la participació dels veïns i veïnes ha de ser el pal de paller. On les decisions, tot i ser del govern, siguin viscudes des d'un sentiment de pertinença per la ciutadania. 
 
Per cert, torno a ser regidora del Districte I de la meva Ciutat.  I he de dir que, encara que no ho he deixat de fer al llarg d'aquests anys, retrobar-me amb aquesta responsabilitat ha estat una veritable satisfacció.
 
De fet, el territori, la gent, és el que dona sentit a ser representant polític. Així ho he viscut sempre, des del 2007, quan vaig començar.
 
La millor política és la que es fa al territori, perquè es pot palpar, perquè es pot viure, perquè és el que dóna sentit a la mateixa política. Crec que només des de ciutats fortes i, per tant, des de governs municipals sòlids, podrem reconstruir també un país sòlid. I la solidesa la dóna aquest sentiment de pertinença de les institucions als ciutadans.
 
I no ens oblidem d'Europa. També necessitem una Europa sòlida. Com deia, Joan Reventós parlant d'ella, "com un sistema de Ciutats i col·lectivitats territorials, que han de continuar i intensificar un diàleg constituent i de col·laboració per consolidar la piràmide federativa europea".
 
Només si som capaços de tornar la confiança als ciutadans vers els poders públics, tornarem a reconstruir i vertebrar el país. Hem de revifar aquest sentiment de pertinença de les nostres institucions públiques, de la nostra ciutat, i per suposat, nosaltres com a representants, estar a l’alçada.

18.11.14

Ho entens ara, amiga?

El pasado viernes disfrutamos en el Teatro Joventut de L’Hospitalet de Almudena Grandes. Quien la haya leído, poco le puedo añadir. Quien haya leído “El Corazón helado” menos. Quien no lo haya hecho, que lo haga. Me veo incapaz de describir las múltiples sensaciones que me ha generado su lectura.
 
Fue más de una hora y media escuchando a una mujer que, a pesar de tener una imagen de dureza, transmitía esa  sensibilidad y sabiduría que traspira cada uno de sus libros.
 
No soy crítica literaria, así que mis percepciones son personales. 
 
Mientras la escuchaba y la miraba –mueve sus manos de forma constante-, me daba la sensación que la reconocía. Que había compartido con ella algun momento. Esas cosas pasan cuando conoces a alguien. Parece que la conoces de toda la vida. Con Grandes me pasó lo mismo.
 
Es cierto que esto, como tal, no es nada extraordinario. Hay personas que te son familiares desde el primer momento.
 
La verdad, es que fue una “bocanada de aire fresco”. De hecho, al dia siguiente, tenía esa sensación de haber disfrutado, durante una hora y media, de alguien con una personalidad arrolladora y apasionada, muy apasionada.
 
Pero había algo más. Hasta hoy, pasados varios días, no he sabido reconocer lo que me provocó Almudena Grandes. Reconocí en ella a alguien muy importante para mí:  reconocí a mi amiga.
 
He compartido con mi amiga casi 30 años. A lo largo de más de 20 nos hemos visto cada día, salvo los meses que estuve en Bologna. Los momentos vividos han sido múltiples e intensos. No los voy a explicar, pero reiríamos mucho. En los últimos diez,  a pesar de no mantener la relación con tanta intensidad, cuando nos veíamos parecía como si hubiésemos dejado la conversación ayer. Para ser gráficos, escuchad “Juan y José”, una canción de J. M. Serrat. Seguro que me entenderéis.
 
En junio quedamos para cenar. Se iba de vacaciones y nos queríamos despedir. No fue una cena como las de siempre. Mi amiga estaba inquieta. No  se encontraba bien. Incluso me llegó a pedir disculpas  per no haver rigut tant com acostumem a fer”.
 
Al cabo de un mes le diagnosticaban un cáncer.
 
La vida te da una vuelta y “te cuelga de un tenderete cogida por dos pinzas”. Porque a pesar de haber vivido muchas pérdidas, con ésta no cuentas. De hecho, nunca te la planteas.
 
Ayer la felicité. Podria decir por su cumpleaños, por su santo, pero no. La felicité por su valentía. Por su sonrisa “guapa” que te muestra cada día. Por la pasión que transmite en cada gesto de sus manos. O de sus ojos. Porque la vida, a pesar de que se nos escapa día a día, se disfruta instante a instante.
 
Hace poco le dije: ”ets valenta amiga”. A lo que me respondió: “venint de tu és un elogi”. 
 
Os puedo asegurar que la demostración diaria de solidez, de fortaleza, de arrojo, de rebeldía frente a los golpes bajos de la vida, es un ejemplo. Me recordó a la protagonista de El Corazón Helado,  Raquel Fernández Perea.
 
Eso es lo que me recordó el viernes. Esta mañana se lo he contado, pero creo que no me ha entendido.
 
Básicamente, esto es lo que te quería decir.
 
“Ho has entès ara, amiga?”  
 

L’Hospitalet, 18 de noviembre de 2014

3.11.14

VOLEM VOTAR?


Dissabte, mentre celebràvem la Castanyada amb uns veïns, en la que vàrem compartir xerrades i riures, un d'ells em va dir: Que? Votarem el 9N?

Ell, que esperava la meva resposta: "jo no participaré d'una votació que No tingui garanties democràtiques", em va dir, amb un somriure de complicitat que jo vaig agrair,  que ell si que participaria.

Al llarg d'aquest darrer  any parlar de votacions,  sobiranisme o qualsevol  tema  referit a la qüestió identitària no ha estat ni fàcil ni pacífic. Dissabte ho va ser.  

Dit això, veurem que ocorre el 9-N quan els ciutadans que volen votar -tinguin o no l’opció independentista al seu cap- es confirmi la displicència que des del govern espanyol s'està patint a Catalunya. Se’ns està abocant a un carrer sense sortida.

Ara bé, amb total seguretat puc dir que Mas provocarà un desencís que s’aguditzarà quan les conseqüències de celebrar una pseudo-consulta -a la que li manca transparència, publicitat, claredat i neutralitat institucional-, siguin percebudes com a paper mullat.

Sigui quin sigui el resultat, a aquestes alçades els números no sempre s’aguanten. Dubto molt que ningú es pugui sentir satisfet per aquests, encara que alguns facin soflames sobre un imaginari.

És absolutament destructiu el menyspreu miop amb que el Partit Popular tracta a Catalunya.

Atacar Catalunya és atacar Espanya.

Que Rajoy anteposi els tacticismes partidistes per tapar les seves vergonyes, amb un pretès rèdit electoral a Espanya, front  la convivència de l’Estat, el deslegitima com a polític. És un atemptat a la dignitat com a  ciutadans. És una passivitat vergonyosa.

Però tan vergonyós és el comportament del Partit Popular com el del Sr. Mas.

La seva és una fugida cap endavant en la que arrossega als ciutadans amb ambigüitats (ahir ja s'anunciava que potser no haurien urnes).  Una fugida que confirma que no té el poder de decisió per governar.

El punt on ens trobem no és una casualitat. Aquesta deriva s’inicia en la trobada, d’ara fa dos anys, del Sr. Mas i del Sr. Rajoy. Una trobada que havia de servir per cercar ponts pel finançament català i, en canvi, va servir per un acord: la confrontació amb Catalunya, per desitjos espuris de tots dos.

Quina poca generositat política! Per no dir paraules més dures...

L’objectiu de la dreta d’aquest País no ha estat la convivència pacifica, ni cercar l’equilibri i la igualtat d’oportunitats pels ciutadans. I si no, recordem aquella nefasta campanya contra els productes catalans, per exemple. Destructiva per a tots: catalans i espanyols.

El seu objectiu era el desmembrament de l’estat del benestar, el menyspreu a la legalitat, (vistos els casos de corrupció) i el desequilibri institucional. Aquesta situació és insostenible. 

El país necessita desentortolligar-se si no vol entrar en col·lapse. Calen propostes dels partits, que és el que la societat civil ens està demanant. Cal debatre i argumentar les diferents postures. Sinó, no ens sortirem.

Cal parlar de futur. I l’hem de fer entre tots. Fa un temps vaig escriure al meu blog un article on reclamava un nou pacte constituent. Em refermo.

Cal una reforma integral de l’Estat. Al llarg d’aquests quasi 40 anys ens hem dotat d’estructures que cal revisar. Hi ha que són eficients i a d’altres que caldrà canviar, si o si. Però sempre tenint present que l’acord ha de passar per sobre dels interessos partidistes.  I per això, la generositat és imprescindible.

No val mirar cap a un altre costat o xiular.

No val fer càbales de quin país volem, si junts o separats, si d’una forma o d’una altre, sense parlar, sense debatre, sense deliberar per pactar. Ja no val fer discursos sobre aparences intangibles.

Ara bé, tampoc ens podem permetre el luxe de menystenir l'expressió dels ciutadans a través del seu vot. Seria una greu ignorància.

La voluntat de la ciutadania expressada en el vot és l’essència de la democràcia. Menystenir-la és menystenir la democràcia.

I per respondre a la pregunta de l'inici: Si, jo vull votar. Però vull saber què voto, amb garanties, i vull votar sobre un projecte compartit de país: Un projecte que sigui debatut, que se m'expliqui, i que estigui consensuat entre tots per tal de que sigui factible.

Catalunya s'ho mereix. Espanya també. En definitiva, els ciutadans s’ho mereixen.

Insisteixo, estem perdent un temps preciós i un futur necessari per a tots.

 

11.7.14

ENTRETEJER LA IZQUIERDA SOCIAL

El País publicaba ayer la entrevista de J. A. Pérez Tapias, candidato a las Primarias del PSOE. Una entrevista en la que se hacía referencia al debate que se celebró el pasado lunes en la sede del PSOE en Ferraz. Recomiendo su visión. Es gratificante y clarificadora.

Sí. Es gratificante e ilusionador ver como tres compañeros dan un paso hacia delante para asumir la Secretaría General del PSOE, en un momento verdaderamente difícil. Les doy a los tres mi agradecimiento y reconocimiento por la pasión, valentía y convicción que nos han demostrado.

Como decía, visionando el debate hubo un momento en el que Pérez Tapias mencionó una frase del último discurso de Salvador Allende.

Más allá de las diferencias y distancias históricas, me hizo ver que, el mundo continúa moviéndose en unas coordenadas, ahora, virtualmente tejidas, que no generan seguridad, ni igualdad ni justicia social. Al contrario.

Si hablamos de España, nuestros cimientos sociales e institucionales, en los que estamos asentados, son de estructura de cemento. Un cemento que, pasados más de 30 años, “dicen” que padece aluminosis. Si esto es así,  aquellos que creemos en el edificio de la democracia, tenemos la obligación de reforzar la estructura y substituir y curar aquellas vigas que padecen “la enfermedad”. Porque sólo reforzando y mejorando los cimientos de nuestras instituciones democráticas, podemos proyectar el futuro de España. 

Decía Salvador Allende en su discurso final:

Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.”

Este discurso creo que, salvando las distancias, es plenamente vigente. Y me confirma que la lucha, aunque parezca que tenga otra cara, es la misma. No quiero exagerar, pero no creo que yerre demasiado si digo que la historia ha pasado, las cosas han cambiado, que nosotros hemos cambiado, pero “la felonía, la cobardía y la traición”, que mencionaba Allende, continua vigente.

Y continua vigente con diferentes caras, con diferentes nombres. Sin armas en la mano, sí. Pero con un mismo objetivo: alterar la democracia, como la alteraron aquel 11 de septiembre de 1973 en Chile. La derecha rabiosa y sedienta de poder y que ahora se dice llamar “neoliberal” vuelve a las andadas.

Y vuelven con ayuda de “Los hombre de negro” de los que hablaba Olof Palme. Unos hombres de negro en forma de poderes fácticos, hombres de negro vestidos de mercados financieros, que condicionan nuestro futuro de forma irremediable, según quieren que pensemos.
Debemos resistirnos a ello. Debemos resistirnos a la intransigencia, al autoritarismo disfrazado de mayoría absoluta del PP, que encubren los hombres de negro, y que nos está coartando las libertades “a golpe” de reales decretos. Que imponen sus designios por medio de leyes retrógradas que coartan la libertad de los ciudadanos para escoger su futuro.

Los socialdemócratas estamos en una encrucijada en la que se nos exige pensar con la mirada puesta en un futuro. Pensar en un futuro, mediato e inmediato, y con la urgente necesidad de ser la solución para este futuro.
Y para eso, ya no vale actuar a medias tintas, ni titubear. Nos podemos equivocar, de acuerdo, pero no podemos decir y luego no hacer. O hacer lo contrario de aquellos que hemos dicho a lo largo de nuestra historia.

El próximo domingo 13 de julio los militantes socialistas tenemos dos citas en nuestras agrupaciones. Dos citas claves ya que de ellas dependerá cómo enfoquemos el futuro de la socialdemocracia, el futuro de todos. Un futuro dirigido a "parar" definitivamente esta apisonadora que es la derecha.
Y para ello es importante que pensemos que nuestro voto será el que consolide de nuevo un proyecto conjunto y sólido. Un proyecto que nos permita garantizar una convivencia en paz, igualdad de oportunidades y justicia social.

El domingo es nuestra oportunidad para entretejer la izquierda social. El domingo es la oportunidad de todos.

L’Hospitalet, once de julio de dos mil catorce


16.6.14

NOS LO ESTÁN PIDIENDO: ¡CAMBIEMOS!

Son muchos los acontecimientos que estamos viviendo y los cambios se suceden a una velocidad fulgurante, vertiginosa.

El panorama social es duro y sin visos de cambiar.

¿Y el político? El político es…. como os diría, un precipicio.

Éste segundo panorama me preocupa. Pero lo primero me preocupa más.

El informe del CES de hace unos días es demoledor. La brecha social se ha incrementado en 6,8 veces más que en 2007. La tasa de pobreza ha aumentado como nunca que, en la población infantil ha llegado a un 30 por cierto. Y lo que es peor, amenaza con cronificarse y dejar de ser una “situación coyuntural”.

No cabe el inmobilismo.

Ante este escenario, el resultado de las pasadas elecciones europeas nos transmitió la voluntad de la población. Los ciudadanos quieren cambios. Cambios para los que no confían en los partidos tradicionales.

La foto de una encuesta de un medio de comunicación de hace unos días era reflejo del descontento general: Bipartidismo desactivado. El PP y el PSOE sin sumar; y UPYD, C’s, ERC y IU no suman juntos ni lo que suman PODEMOS, con más de 50 diputados.

Si esta encuesta se acaba haciendo realidad tendremos un Parlamento y, por lo tanto un país, ingobernable. Y, en consecuencia, inmobilismo.

Se nos está planteando colectivamente un reto generacional y social que haga resurgir la consciencia de clase y aglutine a sectores sociales que se sienten sin representación política: el voto joven, licenciados que han emigrado a otro país y que quieren volver para integrarse y cambiar el sistema; el voto de los autónomos; el de las clases medias-bajas. Todos ellos buscan alternativas a su “sin futuro colectivo”.

¿Y qué buscan estos votos? La regeneración política, económica e institucional.

Por cierto, creo que el populismo puede enmascarar opciones políticas que acaben provocando el desfallecimiento de las opciones reales de transformación social que los ciudadanos estamos pidiendo. Por toda Europa ha crecido una oleada de nacionalismos excluyentes. Ha emergido la sensación entre los europeos que es mejor “recogerse en casa” que continuar luchando por un proyecto colectivo. A eso se le llama MIEDO.

Pero ni el miedo ni la velocidad vertiginosa de la realidad nos puede atenazar de tal manera que nos impida pensar para tomar las decisiones acertadas.

Lo que parece una situación desoladora, puede ser generadora de oportunidades para iniciar cambios. Una oportunidad colectiva para conectar de nuevo con aquellos ciudadanos que siempre han confiado en las políticas de izquierdas,  y hacerles ver que el partido socialista, con su experiencia, con su potencial humano, puedes llevarlas a cabo.

Es nuestra oportunidad de demostrarles que seguimos aquí, personas implicadas que trabajamos día a día por materializar un proyecto social inclusivo, igualitario. Que nos creemos lo que hacemos y lo hacemos porque queremos.

Ésta es nuestra oportunidad, como gente de izquierdas y, por tanto, como socialistas.

Tenemos deberes: dar respuesta a los requerimientos ciudadanos proponiendo reformas de calado que se adecuen a los tiempos.

Y aquí los tiempos y las formas son esenciales. Ayer se publicaba una entrevista de Antón Costas en la que planteaba la necesidad de consultar a la ciudadanía qué quiere.

Estoy de acuerdo. Hay que consultar a la ciudadanía sobre qué España quieren.  Y, como decía tenemos la obligación entre todos, de poder dibujarla. Porque el trabajo colectivo será el éxito colectivo.

Aquí, la reforma institucional y, por tanto, política es la que puede dar contenido a la reforma federal del estado. Para empezar. Pero es esencial que, conjuntamente, haya una regeneración del modelo económico.

Y para ello contar con un Partido Socialista sólido es vital.

La semana pasada escuchaba a Susana Díaz que le preguntaba si había vuelto el PSOE. Y decía: “aquí manifiesto mi desacuerdo con mi Secretario General. Recordaba las palabras de Rubalcaba en la Conferencia de Noviembre que decía: el PSOE ha vuelto compañeros.  Pues bien, Susana ha dicho: “El PSOE nunca se ha ido”.

Creo que después del 25M, la ciudadanía no ha percibido ni que hubiéramos vuelto ni que, tan siquiera, estuviéramos.

Está claro que hace tiempo que el liderazgo del PSOE no ha cuajado. Reconociendo a Pérez Rubalcaba su figura de hombre de estado, de una inteligencia excepcional,  en Sevilla se le pidió un paso atrás que no supo dar.

Estamos en un momento de vital importancia. 

Por ello creo que es necesario dotar de CREDIBILIDAD, COHERENCIA y CONTUNDENCIA nuestras ideas. Y sobre todo de generosidad.

Me alargo y no quiero.  

Abramos los debates que entre todos estamos demandando. Cerremos aquellos que sean estériles, que no aportan soluciones.  Habrá que hablar del modelo Estado que queremos. Y, por tanto, de monarquía o república.

¿Por qué no?

¿Por miedo?

¿Por qué nos da pánico que acabe la ultraderecha en la Presidencia de la República?

Pues, hagamos las reglas de juego sin dejar de pensar en lo que ya hemos vivido.

Decía Antón Losada: Aquí somos poco de reformas. Lo que nos gusta de verdad es el derribo”

Se refería a la transición como un gran logro que nos ha permitido un éxito colectivo: el estado del bienestar. Y una parte importante de ese logro es nuestra, de los socialistas. No lo olvidemos.

No podemos NO actuar por miedo.

Tenemos la obligación entre todos de actuar.

Pensemos para decidir. Pero pensemos sosegadamente para decidir la construcción de FUTURO. Un futuro que tiene que ser un éxito colectivo. Y ahí, deberemos estar todos.


L’Hospitalet, 16 de junio de 2014

4.6.14

¿MONARQUÍA O REPÚBLICA?...¡DEMOCRACIA!

Ayer, a las 7 de la mañana, debatíamos mi hija Berta y yo sobre el tema candente, creo que de la década: la sucesión del Rey Juan Carlos I. Berta, una chica de 15 años, me planteaba qué sentido tenía vivir con una monarquía parlamentaria como modelo de estado, si los momentos son otros.

Los que me conocen saben que acostumbro a recurrir a mis vivencias personales, o mejor dicho, familiares, para explicar mis pensamientos.

No puedo negar que las influencias de Berta son las que son. Y he de añadir que su fuerte personalidad y la franqueza con la que transmite sus convicciones, que las tiene y mucho, han servido para tener debates de fuerte contenido político, en los que los pensamientos de izquierdas subyacen constantemente. Y me planteaba: “no acabo de entender que los socialistas optéis por un modelo arcaico y fuera de lugar. Esto de los reyes y los príncipes no toca”.

Es cierto. El modelo de estado, hoy en día, no se ajusta al modo de vivir y de pensar de la mayoría de jóvenes.

Unos jóvenes, por cierto, de los que se nos llena la boca a todos, a todos, cuando los visualizamos como nuestra esperanza de futuro y que, sin embargo, sufren una de las peores situaciones generadas por la crisis en un desamparo total.

Después de 40 años de construcción del estado de bienestar, se encuentran con que las políticas públicas para la juventud están "missing", es decir, han desaparecido de la agenda del gobierno. Aquellos que tienen las competencias, Estado o Generalitat, y la responsabilidad de mejorar sus condiciones de futuro, están mirando hacia otro lado.

Y ayer, en concordancia con el planteamiento de Berta, la noticia de la abdicación nos hizo remover las esencias del republicanismo a aquellos que hemos soñado con una sociedad igualitaria, justa, solidaria y socialmente preparada para encarar el futuro.

Es momento de plantearnos algo más que el  modelo de estado que queremos, si monárquico o republicano. Es momento de pensar qué democracia queremos. Tenemos una democracia que merece un “pacto constituyente” como el que llevó a la Constitución del 78. Reconociendo el papel de la transición a lo largo de estos más de 40 años y, desde luego, el papel que jugó la monarquía.

Decía Antón Losada ayer: “Aquí somos de pocas reformas. Lo que nos gusta de verdad es el derribo”. Quiero creer que no, Antón, aunque reconozco que más de una vez lo he pensado.

El lunes, el Primer secretario de las juventudes del PSC, Javi López pedía “República ya”.

Y creo que este momento ha llegado. Somos una sociedad diferente y hemos de acercarnos a lo que realmente somos y, sobretodo, a lo que queremos ser.

Los socialistas propugnamos una reforma constitucional para ir hacia un Estado Federal de España. Y creo que este es el debate. Un debate hecho desde la prudencia, pero que hemos de poner sobre la mesa: si queremos República o Monarquía. Pero, sobre todo, si queremos una DEMOCRACIA sólida y fuerte. Ahora bien, hace falta reposar las ideas y debatir. Hace falta que nos sentemos, hablemos y lleguemos a acuerdos.

La transición española, aunque algunos la critiquen, fue modélica. Resolvió y cerró heridas. Es cierto que no todas y que algunas no han cicatrizado del todo. La prueba es que aún arrastramos los daños sufridos a lo largo del franquismo. Pero hemos de mirar al futuro y cerrar, esta vez sí, las heridas.

Y para ser coherente con lo que surgió de la Conferencia del PSOE de noviembre del 2013, creo que Felipe de Borbón ha de tener un papel. Sí, un papel, pero de transición. Igual que lo tuvo su padre. Pero en este caso, hacia un Estado Republicano y Federal.

Por ello, reconocer expresamente la contribución de Juan Carlos I en la instauración de la democracia es esencial. Hemos de reconocer el papel de la monarquía para la “estabilidad y equilibrio”, que decía Losada, de España. Pero ahora toca rehacer los lazos de confianza entre las instituciones democráticas y la ciudadanía.

Tendremos que sentarnos, debatir y pactar. Y después votar. Sólo así conseguiremos un estado sólido y moderno, con una estructura federal que nos permita el reconocimiento de cada uno de nosotros en el nuevo Estado español. 

Así como el socialismo español, en la Conferencia celebrada en Madrid el pasado noviembre, reconocía la figura de la monarquía en la persona de Juan Carlos I y apoyó el actual modelo de estado, ahora  los ciudadanos nos exigen un paso adelante. Sentémonos, pues, y hablemos del modelo de estado que  queremos.

Yo lo tengo claro: quiero un estado federal español que nos permita continuar entretejiendo complicidades entre nosotros con la finalidad de conseguir un futuro conjunto en democracia.  

3.6.14

MONARQUÍA O REPÚBLICA

Els que em coneixen saben que acostumo a recórrer a les meves vivències personals, o millor dit, familiars, per explicar el que penso.

Aquest matí, a les 7 del matí, debatiem la meva filla Berta i jo sobre el tema candent, crec que de la decada, i que és la successió del Rei Joan Carles I. La Berta, una noia de 15 anys, em planteja quin sentit té viure amb una monarquia parlamentària com a model d’estat si els moments són uns altres.

No puc negar que les influències són les que són. I he d’afegir que la seva personalitat forta juntament amb la seva franquesa, a l’hora de dir el que pensa, han servit per tenir debats d’un fort contingut polític, on els pensaments d’esquerres suren. I em plantejava: “no acabo d’entendre que els socialistes opteu per un model arcaic i fora de lloc. Això dels reis i els prínceps no toca”.

És cert. El model d’estat, avui dia, no s’ajusta al mode de viure i de pensar de la majoria dels joves.

Uns joves que, per cert, se’ns omple la boca a tots, a tots, quan els visualitzem com la nostra esperança de futur, però que es troben en una de les pitjors situacions de crisi i desemparament. Després dels darrers quaranta anys, les polítiques públiques pels joves estan desaparegudes. Aquells que tenen competència, l’Estat i la Generalitat, i que haurien de millorar les seves condicions de futur, estan mirant cap a una altra banda.

I ahir, en concordança amb el plantejament de la meva filla, la noticia de l’abdicació ens va fer remoure les essències del republicanisme a aquells que hem somiat amb una societat igualitària, justa, solidaria i socialment preparada per encarar el futur.

Precisament, a l’abril del 2013, vaig penjar al meu blog un escrit on deia:

Hace unos meses Pere Navarro planteaba un cambio en la Corona. Por cierto, se le criticó y el tiempo le está dando la razón que la primera institución que se ha de replantear su futuro es la Corona.

Hace falta rehacer el pacto entre todos. Iniciar el camino. Tener derecho a soñar. Los ciudadanos tenemos derecho a soñar.”

Ahir, un twuit d’en Javi López, primer Secretari de la JSC demanava “República ja.”

I crec que aquest moment ha arribat. Som una societat diferent i cal que ens adeqüem al que veritablement som, i sobretot, el que volem ser.

Els socialistes propugnem una reforma constitucional per anar a un estat federal. I crec que aquest és el debat.

Un debat fet des de la prudència, però un debat que hem de posar sobre la taula: si volem República o Monarquia Parlamentària.

Ara bé, cal reposar les idees i debatre. Cal que seiem i parlem i arribem a acords. La transició espanyola, encara que molts la critiquin, va ser modèlica. Va resoldre i va tancar ferides. És cert que no totes, i la prova és que encara arrosseguem els danys patits al llarg de 40 anys de franquisme. Però hem de mirar al futur i tancar, aquest cop si, les ferides.

I per ser coherent amb allò que va sortir de la Conferència del PSOE del novembre del 2013, Felip de Borbó, al meu parer, ha de tenir un paper. Sí, un paper, però un paper de transició. Com va tenir el seu pare. Però en aquest cas, cap a un Estat Republicà i Federal.

Per això, haurem de debatre i pactar. I després votar. Només així aconseguirem un estat sòlid, modern, amb una estructura federal que ens permeti el reconeixement de cadascú de nosaltres en un nou Estat espanyol.

Així com el socialisme espanyol, a la darrera Conferencia del PSOE, es va reconèixer la figura de la monarquia en la persona d’en Joan Carles I, i vàrem recolzar l’Estat amb una monarquia parlamentària, ara la ciutadania ens exigeix un pas endavant. Seiem doncs, i parlem del model d’Estat que volem.

I jo ho tinc clar: vull un estat federal espanyol que ens permeti continuar entreteixint complicitats per tal d’assolir un futur conjunt.


L’Hospitalet, tres de juny del dos mil catorze


29.5.14

EUROPA ACABARÁ SIENDO UN FRAUDE?


El domingo pasado se celebraron las Elecciones al Parlamento Europeo. Unas elecciones que puso de manifiesto, como dice Josep Borrell, "la crisis existencial del proyecto europeo". Y la foto es clara y diáfana: fragmentación política y baja participación de los europeos.

Y la derecha ha vuelto a ganar. Con una brutal caída de votos en España (2,5 millones). Pero ganó.

Hemos oído a lo largo de la campaña, y, algunos nos lo hemos querido creer, que aquel partido que ganara escogería el Presidente de la Comisión. Así lo dice el Tratado de Lisboa y así se nos reiteró a lo largo de la campaña. Y nos lo creímos.

Por la derecha se propuso a Jean-Claude Junker. Por cierto, candidato a la Comisión propuesto por la derecha europea y que no pasó por las urnas. Una “disfunción” democrática, por decirlo de alguna manera.
Ya es "duro" tener como Presidente de la Comisión Europea a un señor que ha sido Presidente de un paraíso fiscal. Claro que también podríamos preguntarnos si cabe esperar algo de alguien con estos antecedentes para que luche contra esta distorsión democrática, que dibuje una política monetaria, fiscal y económica mundial acorde a las necesidades de los europeos “de a pie”.

Ciertamente, no es mi candidato. Pero el Tratado de Lisboa establece que la opción más votada será quien escoja el Presidente y así lo debemos respetar.

Ayer nos llegaban noticias de Europa. Parece ser que Angela Merkel, todo y haber propuesto al Sr. Juncker como candidato de la derecha a Presidente, se despertó el lunes con el propósito de alterar el Tratado de Lisboa. De alterar lo que ella misma pronunció a lo largo de sus mítines. De alterar, en definitiva, el pacto al que se había llegado.

Precisamente, la vocación del acuerdo al que se llegó en Lisboa pretendía una mayor cercanía de los europeos a sus instituciones, vista la no ratificación de la Constitución Europea por algunos estados. Una forma de democracia más representativa con la que todos nos sintiéramos más identificados.

Sra. Merkel: respete las reglas. Nombrar “a dedo” el Presidente de la Comisión sería una deslegitimación del mismo Tratado de Lisboa y un verdadero fraude a los europeos. Y al proyecto europeo sólo le falta esto.

Si queremos garantizar la democracia en las instituciones -porque esa ha sido la voluntad de los ciudadanos europeos-, si queremos respetar lo que los mismos candidatos dijeron a lo largo de los mítines en la campaña electoral, se ha de demostrar. No sólo por los partidos políticos, sobre todo por los Estados.

¡Digamos basta!. Basta ya a la imposición de la Troika, de Merkel y de todos aquellos que de nuevo alteran las reglas de juego y que alejan a los ciudadanos cada vez más a Europa.

Hemos de impedir, entre TODOS, que Europa acabe siendo un fraude. Y exigir una democracia real. Algunos mandatarios no se creen Europa. Eso ya lo sabemos. Nosotros sí.

L’Hospitalet, veintiocho de mayo de dos mil trece 

23.5.14

EUROPA IMPORTA!!

Estamos en el último dia de campaña electoral al Parlamento Europeo 2014 y hemos podido oír, a través de los medios de comunicación, todo tipo de comentarios cuya entonación iba muy acorde con la ideología del que lo emitía.

Pero es cierto que en todos subyace una conclusión: la participación puede ser inferior, incluso a las anteriores eleccions. Sería un desastre.

Reconozco que siendo militante la motivación en éstas, como en todas las elecciones, es inherente a mis sentimientos, a mi forma de pensar y de actuar. Reconozco que vivo profundamente las contiendas electorales, igual que vivo la política: con pasión. A mi entender, acudir a la urnas en una contienda electoral es la forma más válida y democrática –hasta ahora conocida- para hacer valer nuestra elección de qué tipo de política queremos que rija nuestras vidas. Eso es la democracia, y precisamente ella, nos permite fraguar acuerdos, tejer relaciones y consensos, aceptar, en definitiva las voluntades mayoritarias.

Pero tambíén entiendo el hartazgo de la gente de los partidos, de los políticos… de todo. Lo entiendo porque son momentos muy difíciles, y es fácil caer en la resignación y simplemente aceptar que las cosas han cambiado para mal. Pero lo que en ningún caso puedo aceptar es que no podamos cambiarlas de nuevo.

Los socialistas, la gente de izquierdas, hemos tenido malos momentos. Pero a lo largo de nuestra historia hemos sabido superarlos, y si hay algo innegable es que hemos contribuido positivamente a transformar la sociedad. Lo hemos hecho, por convicción, y lo continuaremos haciendo.

El pasado miércoles en Barcelona los socialistas catalanes, españoles y europeos volvimos a vibrar. Vibramos, no con populismos, ni con ganas de fragmentar, vibramos con los pensamientos e ideas que fueron fluyendo a lo largo del encuentro. Esa es la izquierda que construye puentes.

Por cierto, un pequeño apunte: la izquierda que busca el trasvase del voto, de una a otra formación, se equivoca. Esto no es la primera vez que ocurre y siempre ha salido mal. Lo único que ha conseguido ha sido la atomización de la izquierda. Por eso, no entiendo y me sorprende que algunas formaciones continúen tropezando con la misma piedra (quiero creer que es por olvido, no quiero pensar que sólo les motive un rédito electoral). 

Reconozco que no soy partidaria de pedir el voto útil porque produce desencanto en la gente. Y creo que se puede defender la postura de la izquierda fácilmente. Las opciones son claras y diáfanas: hay que ir a votar para expresar nuestro desencanto y nuestra voluntad de cambiar las cosas.

No ir a votar es dejar al albur de las circunstancias nuestro futuro y el de nuestros hijos. Y eso es injusto. Sobre todo para ellos. Lo veo así.

No participar implica que las amenazas de una futura Europa repartida entre dos naciones, Francia y Alemania, se consolide. Es una aberración ya que es una visión excluyente para el resto de paises.

No ir a votar implica que las amenazas de un futuro de convenio entre la UE y EEUU que excluya a los paises del sur, consolidando una Europa de dos velocidades, es posible.

Por ello hemos de participar. Con nuestros votos tendremos la fuerza que necesitamos para conformar la futura Comisión Europea y que nadie se atreva a “colarnos un gol”, nombrando un Presidente de la Comisión Europea por la puerta de atrás. Porque en las próximas elecciones aquel que más votos obtenga será escogido Presidente de la misma.

El propósito de Merkel de poner “a dedo” a su candidato preferido (Juncker) -que no candidato electoral ya que no se presenta… ¡increible pero cierto!- es factible si no vamos a votar.
Votemos porque no nos podemos amedrentar ante la actual realidad.

Y apelo al sueño europeo que hemos vivido hasta ahora. Dos ejemplos, si queréis, un poco materialistas. Fui estudiante Erasmus en Bologna en el 91. Y como ciudadana de L’Hospitalet, se la inversión de fondos europeos que se ha hecho en mi ciudad, como en tantas otras ciudades del país. Dos ejemplos banales, pueden pensar algunos. Pero representativos del sueño del que os hablaba.

Un sueño que ha sido posible y que ahora exige un paso más: una Europa Federal. Los europeos somos muchos y muy diversos. Y por ello tenemos que ser exigentes con nuestros representantes en la Unión Europea y exigir que se establezcan verdaderos espacios de entendimiento y consenso que entrelacen voluntades, para impulsar acciones comunes que contribuyan en la construcción de una Europa justa, solidaria y generadora de oportunidades.



L’Hospitalet, veintitres de mayo de dos mil catorce.

6.5.14

SERÀ UN GRAN PAS

El darrer Consell Nacional del PSC va aprovar recentment els caps de llista per concórrer a les properes eleccions municipals. Uns caps de llista que han estat escollits sota la vigència del reglament de Primàries aprovat. Som l’únic partit que, com a regla general, realitza un procés obert de primàries com a forma d’escollir els seus futurs representants als seus ajuntaments i al Parlament Europeu.  És un pas.

Darrerament, el PSC ha plantejat als partits catalans una proposta de llei electoral de Catalunya per tal d’apropar, encara més, la democràcia als ciutadans, amb una premissa inicial: que de la totalitat de diputats al parlament, 58 d’ells siguin per elecció directe pels ciutadans. I és un pas.

Podrem discutir o debatre, -m’agrada més aquest vocable- si aquest sistema d’elecció és el més adequat o no, però el que és important és que les primàries hi són i “han vingut” per quedar-se. Crec sincerament que aquest esperit d’obertura és el camí per tal que els partits polítics connectin de nou amb la ciutadania.

I ara què? Doncs un cop arribats aquests “gestos” haurem de plantejar altres reformes, començant per nosaltres mateixos. Com ara la reforma de la llei de finançament de partits polítics, com també haurem d’emprendre una regeneració de les institucions democràtiques. I del poder judicial, per descomptat. Crec que passats quasi 40 anys, ja és hora!.

Per tant, caldran reformes. Sí. Partint de l’estructura de l’estat, cap a un model federal.

Un estat federal que eviti i permeti blindar la societat espanyola front l’involucionisme de polítiques com les del Partit Popular que, a cop de decret-llei,  ens dirigeix intencionadament cap a la recentralització de l’Estat i a la progressiva i inexorable pèrdua de llibertats que això comporta. Per cert, també caldrà fer una mirada crítica –que no s’ha fet en més de 35 anys- a les estructures de l’administració d’aquest, una administració que prové d’estructures franquistes.

I com deia, caldrà, també, la reforma del poder judicial. I ho deia abans. Perquè no és de rebut que existeixin encara membres d’un dels poders de l’estat que el consideren poder en sí mateix, i no servei públic.

 I aquestes reformes són només exemples. S’han d’airejar els llençols del país.

Calen reformes. Sí. Però no les volem per posar a la societat en un “reformatori”, per limitar els drets aconseguits al llarg dels anys. Sinó que volem reformes per estrènyer llaços, per tendir ponts als ciutadans i això només és possible des de la política i, en conseqüència, des dels partits polítics, des dels sindicats, des de les institucions democràtiques que són les que, en definitiva, ens han permès construir una societat pròspera i més cohesionada, on els ciutadans hem tingut oportunitat per escollir el nostre projecte de vida.

Aquí vull anar a parar. Parlem de política i parlem dels polítics, uns “personatges” diuen alguns, ara rebutjats per l’opinió pública. He de reconèixer que ens trobem en un moment de desencís de la ciutadania que expressa la seva indignació amb la criminalització de la figura del polític. I reconec que hi hagut comportaments que no són de rebut i és normal que hagi un rebuig social i jurídic, si pertoca. Però no podem generalitzar.

És molt fàcil abonar un camí de rebuig. Abonat, habitualment, per aquells que no creuen en la política vocacional de moltes persones, homes i dones, que al llarg de tota la democràcia, han treballat amb passió per les seves idees i valors.  Per convicció.

La vida pública és la que ens ha permès entendre’ns i dissenyar unes línies socials, jurídiques, econòmiques que han marcat el camí a seguir. Si les hem de canviar, canviem-les. Però fem-ho des del consens i el pacte i, per descomptat, des de la legalitat.

Però sobretot, fem-ho des de l’interès general, col·lectiu.

L’altre dia, en un acte d’una entitat de la ciutat de L’Hospitalet, concretament un acte on es rendia homenatge a Paco Candel i els 50 anys de la publicació “Els Altres Catalans”, el President d’una entitat va demanar que els polítics de la ciutat ”havíem de candelitzar la ciutat”. I és cert.

Els ciutadans ”han de ser objecte de la política”. Hem de parlar de la gent des de la gent. Hem de ser capaços d’entrar des de la política en l’ànima de les persones. Un pas vital i essencial per recuperar la confiança dels nostres veïns i veïnes, dels nostres ciutadans.

I aquest serà un Gran Pas.

L’Hospitalet, cinc de maig de dos mil catorze.  



14.4.14

¿PODREMOS DECIDIR?

Se han cumplido 35 años de Ayuntamientos democráticos. 35 años donde los ciudadanos hemos podido decidir por aquellas opciones políticas en las que hemos pensado que lucharían por nuestra Ciudad y por nuestro bienestar. En las que hemos creído.

35 años en los que de forma conjunta, institución municipal y ciudadanos, hemos tejido complicidades para conformar las ciudades en las que ahora vivimos.

Ciudades vertebradas territorialmente que han pretendido garantizar la justicia social. Cosa, por otro lado, que no ha sido ni fácil ni factible lograrlo en algunas ocasiones.

Creo que somos conscientes de las ciudades y pueblos de los que proveníamos, con grandes carencias. Ha sido un largo trayecto no exento de dificultades, por otra parte. Y, sin embargo, hemos sabido salir adelante con convicción, fuerza y tenacidad.

35 años después, nos encontramos que, como ciudadanos, nuestras expectativas de futuro se están diluyendo, y si no hacemos nada al respecto,  acabarán desplomándose como un castillo de naipes.

La reforma local del Partido Popular, que desde el 2011 está llevando a cabo, demolerá el Estado tal y como lo hemos conocido hasta ahora. Una reforma que, de hecho y de derecho, de forma encubierta en algunos casos, nos traslada con una regresión brutal a los años 40. Una re-centralización y, por lo tanto, un ataque a la Constitución Española. Un ataque hecho por la puerta de detrás.

Esta reforma es un atentado institucional y, en consecuencia, territorial.

Me refiero a todas las vulneraciones al principio de autonomía local con las que nos está atacando el Partido Popular.

Desde la limitación presupuestaria del gasto marcado por el Ministerio de Hacienda, que día a día presiona y empequeñece las arcas municipales.

O la exigencia del déficit 0 a los Ayuntamientos, cuando al Estado y a las Comunidades Autónomas se les aplica otro tratamiento. La considerable reducción de las transferencias económicas con la excusa, por no decir “espuria” justificación, de un presunto “derroche” del dinero público.

O, por último, el atentado al Principio de Autonomía Local, con la invasión de las competencias.

Históricamente, las funciones que se han asignado a los ayuntamientos han servido para transformar las ciudades. Para dar cobijo a los ciudadanos, equilibrar el territorio, garantizar el acceso a unos servicios públicos de calidad.

Pero esto va a cambiar.

La reducción en las competencias municipales, que hasta ahora han vertebrado el País, está repercutiendo en la gestión de los ayuntamientos limitando su prestación de servicios.  Servicios que, gracias a la flexibilidad que ofrece una administración cercana, se han podido adaptar de manera rápida y eficaz a las necesidades que ha tenido la población en cada momento.

Me refiero a políticas dirigidas a la mujer, a las familias a través de los servicios sociales, a la educación, de promoción y fomento de la ocupación, por ejemplo. Servicios, todos ellos, que se han convertido en una tabla de salvación para muchos ciudadanos, sobretodo en momentos de penuria como los que estamos atravesando desde hace cinco años.

Cuando una mujer se encuentra sufriendo una situación de violencia de género el recurso más óptimo, vista la inaccesibilidad de la justicia, son los recursos municipales.

Cuando una familia se encuentra en situación precaria, la posibilidad de tener la opción de una vivienda social garantiza su dignidad.

Cuando las guarderías se erigen como herramientas indispensables, más allá de la conciliación, para mejorar el éxito escolar puesto que permiten a los niños y niñas entrar en el camino de la enseñanza. Por no decir que están siendo detectoras de situaciones de desamparo.

Hablamos pues de una administración que ha sabido conciliar las necesidades de la gente y la ciudad.

Los municipios pueden ser, porque lo han sido, agentes políticos coadyuvantes.  Pueden ser máquinas tractoras que sirvan para implementar las nuevas bases de una economía productiva  que permita dar salida a este País.

Si las reformas del Partido Popular se acaban consolidando, no tendrá sentido que los ciudadanos vayamos cada cuatro años a las urnas para escoger las opciones políticas más acorde a nuestras necesidades. No tendrá sentido ir a votar porque no habrá nada que votar.

Claro que, ¿puede ser esto lo que pretende el Partido Popular?

El gobierno del PP ataca el diseño territorial, donde los municipios se encontraban en plano de igualdad respecto de los otros dos poderes públicos: el Estado y las Comunidades Autónomas. Justamente, los tres pilares configuraban el estado español como una estructura muy cercana a la federal. Al menos así lo entendí cuando estudié Derecho Constitucional en la carrera de Derecho.

Precisamente, recuerdo unas palabras de Josep Pallach del 1976, en su libro Democracia ¿para hacer qué? donde decía:

“la estructura federativa de un país no se ha “de inventar”; existe desde siempre, antes ya de formularla legalmente. Tiene la base en los ayuntamientos, que en los países democráticos son elegidos por sufragio universal y nombran ellos mismos a los alcaldes, los cuales también pueden ser elegidos por sufragio directo. Los municipios han sido desde siempre, en toda España, las células vivas de la democracia: tienen que disponer de sus propios presupuestos y tienen que ser capaces de resolver problemas importantes que la evolución de los tiempos ha planteado y que hoy restan a menudo sin solución: (...)”


¿Es posible que el PP quiera romper esta organización territorial y política del Estado? Estoy convencida.

Ahora más que nunca hace falta fundamentos para forjar un nuevo modelo social efectivamente cohesionado.

Los ciudadanos queremos, tenemos que poder decidir.

Sin embargo, ¿PODREMOS DECIDIR?

  

L’Hospitalet, catorce de abril de dos mil catorce.